Ciudades, el arte más complejo creado por el hombre; Entrevista a Joan Clos, Director Ejecutivo de ONU-Hábitat

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Rodrigo Alonso
2 octubre, 2017 - Gobernanza

Tuve la oportunidad de platicar con Joan Clos, Director Ejecutivo de ONU-Hábitat, en el marco de la presentación en del Índice de las Ciudades Prósperas (CPI, por sus siglas en inglés) dentro de las oficinas de la organización multilateral en la Ciudad de México, en la que sería también, su primer visita al país después que cerca de 150 países aprobaron la Nueva Agenda Urbana en la Conferencia Hábitat III que se llevó a cabo en Quito, Ecuador a mitad del Otoño de 2016.

Por @JRodrigo_Alonso

Si ya tenemos el CPI y la Nueva Agenda Urbana, ¿qué tienen que hacer a partir  de este momento la ciudades?

Para hablar de transformación urbana primero debemos entender que es un proceso sociopolítico, por qué afecta a la gente y, por lo tanto, es lento, de una gran trascendencia económica y social en todos los sentidos, así que hay que tomárselo muy en serio –no es una cosa menor–, es un cambio social. Además, involucra mucho dinero y riqueza, por esa razón suele generar tensiones entre intereses diferenciados, a veces contrapuestos, y en ocasiones todos ellos legítimos, por eso también es un proceso de arbitraje social para hacer las cosas de tal manera que la urbanización se transforme en un desarrollo positivo de generación de prosperidad y de calidad de vida para los ciudadanos, que es el objetivo final.

Pero insisto, no es una cosa fácil, requiere de mucha voluntad política y compromiso; no es para nada un proceso populista, porque hay que decir muchas veces que ‘no’, pero en cambio si se consigue hacer bien, se logran obtener grandes resultados. El problema está en no hacer nada, ir sobreviviendo para no afrontar las decisiones.

“Ciudades, el arte más complejo creado por el hombre”.

“El populismo y el urbanismo no van de la mano, ya que muchas veces
se le debe decir no a más de uno”. 
JOAN CLOS

En ese mismo sentido, si repasamos lo que  ha sucedido en Hábitat III, en la COP21, y,  en el foro como el C40, hay un común denominador: que particularmente los  gobiernos locales piden mucho más involucramiento de los gobiernos nacionales.

Más que involucramiento, diría apoyo financiero, empoderamiento. En los últimos 30 o 40 años, desde los setenta, ha habido un cierto deterioro del poder local, y ha crecido mucho el privado, lo cual ha cambiado un poco las relaciones de poder. Éstas, en algunas partes del mundo, han tenido efectos beneficiosos, mientras que en otras han limitado tanto la capacidad del poder público, que casi ha quedado en un sitio marginal.

Pero el problema que tiene la urbanización, o unas de sus peculiaridades, es que la legislación urbana generadora de valor urbano, el diseño urbano generador de valor urbano y el diseño financiero de la urbanización tienen un componente público; si resulta que lo que vamos haciendo es deteriorar el poder de la administración local, pues al final se pierde una fuente esencial de la generación de valor.

Es una cosa que a veces el sector privado no entiende, cómo puede ser que el sector público lo genere. Si por ejemplo, en la noche el alcalde decide mejorar la calidad de la acera y plantar unos árboles, qué pasa con el valor de la parcela… sube, por lo tanto, la inversión pública genera valor privado; y esto para muchos es incomprensible.

Entonces el discurso fácil de lo que hay que hacer es disminuir el poder del gobierno municipal para que haya más facilidades, etc., es erróneo, y el problema que ahora hay de generación de valor, es que no existe autoridad pública. Como que el valor se genera por una buena planificación, resulta que se está limitando la capacidad de crear valor, y esto es muy paradójico, difícil de comprender, y si no se entiende esto tampoco se sabe por qué las ciudades tienen problemas, por qué prolifera la urbanización espontánea, y todo esto hay que poner en orden si queremos recuperar la capacidad del proceso urbanístico de generar valor para toda la comunidad.