Vi recientemente en un articulo de prensa el ranking de países más innovadores del mundo, de acuerdo con el Índice de Innovación Bloomberg 2019. Corea del Sur se ubica en el primer lugar, seguido de Alemania, Finlandia (3), Suiza (4) e Israel (puesto 5). Tardé un rato para identificar los primeros países latinoamericanos en el escalafón. Brasil (posición 45), Argentina (50) y México (59) eran los más cercanos, pero con calificaciones muy mediocres.
Entre los líderes, nada extraño. Son naciones que invierten un porcentaje muy significativo de su Producto Interno Bruto PIB en Ciencia, Tecnología e Investigación. Y nada extraño en América Latina tampoco, donde llevamos años, incluso décadas, insistiendo en la urgente necesidad de innovar, de promover el desarrollo científico y tecnológico. Y nada. Seguimos tan distraídos en nuestra incapacidad para generar tejido institucional, combinar esfuerzos de las universidades, las empresas y los gobiernos y prepararnos verdaderamente. No hemos podido y la pregunta es: ¿para cuándo? Parece que cuando sea inútil ya.
Son mitad suizo y mitad colombiano. De mi hogar europeo debo decir que, siendo un país más pequeño que Panamá o Costa Rica, somos pioneros y ejemplo de innovación. No hacemos solo chocolates (uno de nuestros productos insignia). Contamos con industria, es competitiva y tenemos desarrollo científico y tecnológico. Grandes compañías del mundo nacieron en Suiza y son hoy referencia global.
Cuando miro mi lado colombiano y latinoamericano, a veces pienso que el poco avance de nuestra región es un tema de comodidad. En estos países nuestros pensamos que con que los japoneses, los europeos, los norteamericanos estén inventando, creando, avanzando, eso tarde o temprano nos beneficiará a nosotros. Tenemos una mentalidad absolutamente dependiente. En algunos casos, somos maquilas de esas naciones industrializadas. Y lo cierto es que siempre vamos a tener una desventaja, si no somos los que desarrollamos los inventos, avances, productos.
Otro dato reafirma este déficit latinoamericano: de acuerdo con la solicitud de patentes 2016-2017, Estados Unidos tiene 113 218 peticiones, Japón 93 417, China 91 913, Alemania 37 289 y Corea del Sur 31 318. Por su parte Brasil tiene 1 160 solicitudes, México 558, Colombia 242, Cuba 10 y Venezuela 3. De nuevo la diferencia con los líderes es abismal.
Alguien dirá: “pero hacer algo en ese campo es ya imposible, no podemos estar en esos niveles ya”. Yo diría sí y no. Por ejemplo, Latinoamérica ha descubierto en la investigación de enfermedades tropicales una veta y somos pioneros, pero, sobre todo, siempre hay posibilidades de hacer un desarrollo o una mejora a tecnologías ya establecidas. Tenemos la misma inteligencia de un japonés o un surcoreano. La creatividad y el ingenio nos sobra en este lado del mundo
Pero lo primero es vencer nuestra limitación cultural de creer que no somos capaces: lo segundo: debe haber un compromiso como región y cómo países de aumentar los presupuestos en educación y avanzar en políticas institucionales que en verdad promuevan la investigación y el desarrollo. Y lo tercero y más importante: articular los esfuerzos de las empresas privadas en la región, las universidades y los gobiernos para lograr un trinomio perfecto que pueda dar cumplimiento a esos planes. Viene la Cuarta Revolución Industrial y si no nos movemos definitivamente y abrazamos la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, entraremos en terrenos de desigualdad y pobreza aún peores de los que podemos tener hoy. Es tiempo de actuar de verdad.
Hasta pronto y gracias por su lectura.